En este artículo queremos proponer una reflexión dirigida al mundo educativo docente, acerca de la importancia de la letra y de la escritura en el ámbito escolar, en el aprendizaje reglado.

Vamos a empezar recordando las etapas escolares y su relación con la escritura, y mostrando nuestro punto de vista profesional al respecto. Después de llevar trabajando más de 20 años con niños y adolescentes en reeducación gráfica, y de haber impartido talleres y seminarios a docentes, estamos en condiciones de afirmar que la reeducación gráfica y la caligrafía tienen algunos puntos de coincidencia, peroooooooooooooooo… no son la misma cosa ni tienen el mismo objetivo.

Por ello, es de fundamental importancia el dejar clara la importancia de los inicios del ser humano en la escritura, tanto en su parte motora y postural como de motricidad fina, y de la repercusión, positiva o negativa, que una escritura tiene en todo el proceso de aprendizaje. Es imprescindible ser conscientes de ello.

Fundamentos de la reflexión

Actualmente, nuestro sistema educativo consta de varias etapas escolares:

Etapa infantil, de 3 a 6 años

Etapa primaria, 6 a 12 años

Etapa secundaria, 12 a las 16 años

Bachillerato, 16 a 18 años

Etapa infantil

En esta etapa, el niño empieza a conocer las letras, los números, los dibujos y los garabatos. Por ello, es vital enseñarles a evitar el surgimiento de malos hábitos motores, muy, muy difíciles de corregir una vez asentados:

  • ¿Cómo sujetar el lápiz de forma correcta?
  • ¿Con qué dedos debe sujetarse?
  • ¿Por dónde se debe coger el lápiz (ni muy arriba muy abajo)?
  • ¿Cómo se debe colocar la mano sobre el papel cuando se escribe, sobre todo los ZURDOS, aunque también los diestros?
  • ¿Deben mover o no los dedos cuando ejecutan cualquier dibujo, letra o
  •    número?
  • ¿Deben o no hacer “pinza”, y si la hacen cómo la hacen?
  • ¿Cómo tienen la tonicidad muscular de la mano?
  • ¿Cómo van de motricidad fina?

Todos estos aspectos motores y de motricidad fina son factores primarios, y uno de los principales motivos que afectan de forma directa al surgimiento de la mala letra (disgrafía).

Actualmente, en nuestro sistema educativo solo algunos de los aspectos antedichos se enseñan, pero otros no llegan a los niños de forma precisa y puntual. Es justamente en esta etapa cuando todos y cada uno de los aspectos motores y posturales anteriormente indicados son muy importantes, porque es en esta etapa cuando se establecen los hábitos motores relacionados con la escritura.

Como consecuencia, esos hábitos les llevarán a escribir lentamente, a padecer problemas musculares, incluso cansancio y falta de gusto por escribir. Un ejemplo de las dificultades surgidas en esta etapa está representado por los zurdos. Casi todos ellos escriben adoptando una postura de la mano muy molesta, aunque les resulte normal, pues es su “forma de escribir«.

Estos problemas motores, afortunadamente, no aparecen en todos los niños, ya que la motricidad fina no afecta a todos por igual. Hay niños que, de forma natural y espontánea, adquieren sus primeras experiencias con el lápiz sin ningún problema, mientras que hay otros niños que sí los tienen pero, al no corregirse, más pronto que tarde esas dificultades serán causa manifiesta de la mala letra (disgrafía), y particularmente en los zurdos.

Etapa primaria

Esta etapa es la más larga del todo el sistema educativo actual. Se continúa con el aprendizaje de la escritura, pero el niño con dificultades motoras o de motricidad fina, que no hayan sido corregidas de forma puntual, continúa con ellas, lo cual conlleva que su escritura resulte semilegible o poco clara. Pero como es todavía muy joven, tanto padres como educadores mantienen la creencia de que la letra ya mejorará con el tiempo… cosa que casi nunca sucede. Es la pura y dura realidad…

Entre 4ª y 6ª curso, como muy tarde, la letra ya se ha personalizado. Es decir, ya cuenta con una estructura personal, y solo cambiará si se interviene de forma directa, pero no por el mero paso del tiempo.

Etapa secundaria

Cuando se llega a esta etapa, nos encontramos con el alumno ya tiene la letra personalizada. Será clara o no, bonita o no, ordenada o no, pero será su propia letra. Además, aquí ya interviene, de forma precisa, el carácter del alumno, que se manifiesta, como es natural, en la grafía.

Sin entrar en este aspecto caracterológico de la letra -no es objeto de este artículo- sí cobra relevancia en la grafía el tipo y forma que tiene la letra. Existen colectivos ya importantes (y cada día más numerosos), como hiperactivos, tda, disgráficos, disléxicos, desorganizados, despistados…, que siempre manifiestan más o menos problemas con la letra, en relación con la legibilidad, la claridad y el orden en la escritura.

 Bachillerato

En esta etapa, además de los beneficios que implica el corregir una escritura hasta conseguir que sea personalizada y ágil, la reeducación gráfica aporta otro aspecto, también importante en esta edad, máxime cuando no se sabe qué estudiar, qué profesión elegir… Pues bien, aquí la orientación vocacional o profesional basada en los rasgos escriturales ayuda a focalizar aquellas profesiones o carreras que más se ajusten a la personalidad y aptitud del estudiante.

 ¿Qué aportaría el introducir en la escuela la Reeducación Gráfica?

Este tema no solo es importante en sí mismo, sino, muy especialmente, porque la escritura es un pilar básico de la educación, junto con la lectura.

En la actualidad, para mejorar la lectura existen talleres especializados, o bien se lee en voz alta en la clase, o se aconseja a los padres que procuren que sus hijos lean unos minutos. Todo ello encaminado a la mejorar la lectura y su comprensión. Por otro lado, aprender a leer es más fácil que aprender a escribir.

Perooooo… ¿qué recursos se ofrecen, en la actualidad y en nuestro sistema educativo, para mejorar o corregir la letra de los alumnos? Que sepamos… nada, a excepción de mandar hacer cuadernos y cuadernos de caligrafía en vacaciones escolares, o en verano. Y no es que sea intrínsecamente malo practicar caligrafía, solo que en la gran mayoría de casos no consigue el fin esperado, además de crear desánimo y aburrimiento en los jóvenes. ¿Y por qué esta práctica no funciona? Pues porque no tiene en cuenta el motivo real, la causa de por qué se escribe mal, tan lenta, tan desorganizadamente, y con letra desestructurada, etc., etc…

 ¿Por qué sería de mucha utilidad un docente reeducador gráfico en la escuela?

Si en nuestro sistema educativo hubiese docentes con formación en reeducación gráfica en cada una de las etapas escolares, se podría intervenir -junto con el gabinete de orientación, los tutores y el resto de docentes- para enseñar, corregir y orientar a muchos alumnos, evitando y previniendo muchos casos de fracaso escolar o de abandono, porque al niño, al joven que no le gusta escribir… no le gusta aprender. Para más información

 

 

Consuelo Anguix-Maestra-reeducadora gráfica

 

 

 

 

 

 

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