Y pasando ahora a la escritura, vemos que casi desde los mismos comienzos de la historia, incluso antes de que los pueblos primitivos inventaran los primeros signos gráficos, seguramente la escritura ya flotaba en el aire.
Al menos, la necesidad de ella…
Incluso podríamos afirmar que los distintos periodos de la historia de la escritura conforman la historia de la civilización misma… Cada una de las distintas etapas de su evolución representa un impacto social y cultural… tanto la invención del alfabeto como la sustitución del rollo de papiro por los códices, o el perfeccionamiento de la imprenta, hasta los sofisticados recursos tipográficos disponibles en un ordenador del siglo XXI, todas ellas significan un avance en la relación del hombre con su entorno…
Así pasamos de la escritura cuneiforme a los jeroglíficos egipcios, los jeroglíficos mexicanos, la escritura maya, la escritura china…
Sabemos que la escritura nace en la zona de la Mesopotamia, ubicada en el actual Irak, debido a la necesidad de registrar las transacciones comerciales de la época.
A lo largo de todos estos periodos históricos, la escritura se va transformando en el sistema de comunicación diferida más importante, el primero que permitió transmitir un mensaje desde una persona a otra aunque ninguna de las dos estuvieran presentes en el mismo lugar ni en el mismo momento.
Por otra parte, el escribir bien y el manejar una buena ortografía son elementos fundamentales en el desarrollo profesional y personal, ya que gran parte de nuestro quehacer diario pasa por relacionarnos a través del medio escrito.
Por lo tanto, siempre tratamos de utilizar lo mejor posible nuestro modo de escribir. Al menos, siempre deberíamos estar dispuestos a hacerlo…
Y así, a través de este rapidísimo panorama, llegamos al meollo de la cuestión que hoy queremos plantear… Pues aquí, precisamente, se puede encontrar uno de los puntos conflictivos de nuestra relación con la escritura: la llamada “mala letra”. Tema de nuestro próximo artículo…
Consuelo Anguix
Maestra- reeducadora gráfica