Extracto del articulo publicado en la Vanguardia por Santi Bonet
Decía Aristóteles que la escritura revelaba el carácter de las personas. Pues bien, modificando algunos de los trazos de las letras y llevando a cabo una serie de ejercicios podemos llegar a cambiar este carácter mejorándolo, pues bien, esto es la reeducación gráfica o grafoterapia, una terapia sin efectos secundarios.
Si cuando escribe observa su letra y ve que deja demasiado espacio entre palabra y palabra, hace los finales muy largos, las letras están desestructuradas y llena por completo una página o, por el contrario, la deja medio vacía, es probable que sufra un problema de ansiedad. Nuestra caligrafía nos delata, es una radiografía del funcionamiento psíquico-físico de las personas. La separación de las palabras, la inclinación de las grafías, la presión del rasgo, los márgenes, la curvatura de una letra, nuestra firma, etc, son pruebas que dejamos en el papel. Un buen grafólogo es capaz de detectar a través de todas éstas cómo está la salud psicofísica y emocional de una persona. Según explica Consuelo Anguix, grafóloga responsable de CA. Gabinete Grafológico (www.ca-grafoterapia.com) “a través de la escritura puede observarse no sólo si padecemos ansiedad, sino también bloqueos emocionales, irritabilidad, agresividad, tendencias al desánimo o a la depresión, desinterés por la vida, por los estudios, por los trabajos, si un niño padece dislexia o disgrafía, etcétera”. La grafología es una ciencia con varios años de historia, hoy utilizada ampliamente en varios sectores profesionales: psicología, psiquiatría, consultores de recursos humanos, investigación criminal, psicopedagogía… Pero igual que a través de la escritura podemos saber cómo somos o si padecemos determinados problemas o dolencias, también a través de ésta se pueden corregir o mejorar esas alteraciones. ¿Y cómo? Pues haciendo el proceso inverso de cuando escribimos. A través de ejercicios gráficos propuestos y dirigidos por un reeducador gráfica enviar unas nuevas órdenes al cerebro para conseguir una nueva respuesta a nuestra conducta, se define como una “reeducación terapéutica de la escritura”.
A simple vista parece imposible que modificando el trazo con el que escribimos una “a o una “g» podamos ganar en autoestima, estar más atentos o combatir problemas neurológicos. Otro experto en Psicografología, José Antonio León Zamarreño, responsable del gabinete Grafopec, lo explica de la siguiente manera: “Partimos de la base que el acto de escribir se localiza en el cerebro. Por ello, mediante la grafoterapia lo que se hace es el proceso inverso, es decir, se van modificando algunos rasgos de la escritura, que se corresponden con determinados aspectos de la personalidad para sustituir aquellos que nos resultan negativos por otros de más positivos y que sabemos que están localizados en el cerebro”. No se trata de mejorar la letra en el sentido caligráfico, sino realizar unos ejercicios que generarán en nuestro cerebro nuevos reflejos que actuarán sobre las glándulas endocrinas, las cuales producirán una nueva bioquímica capaz de regular el equilibrio del organismo y ayudar a resolver la patología que tratemos.
En los últimos años el número de personas que se someten a esta terapia “blanda”, y que no tiene efectos secundarios, no ha hecho más que aumentar. Lo certifican diferentes gabinetes grafológicos con los que ha hablado ES. “Acuden personas de todas las edades: en adultos suelen predominar los casos de depresión, ansiedad, inseguridad y autoestima, así como dolencias físicas en las que claramente el origen es emocional (cefaleas, trastornos cutáneos…), mientras que en adolescentes suelen ser trastornos de la conducta alimentaria y en niños problemas de dislexia o disgrafía o déficit de atención”, resume la grafoterapeuta Rebeca Lledó.
Los beneficios de esta terapia natural son conocidos por psicólogos, psiquiatras y educadores infantiles de todo el mundo, y de ahí que actualmente sea utilizada por una gran cantidad de psicoterapeutas. En Francia se ha comprobado que esta disciplina resulta eficaz en más del 80% de los casos.
La prueba psicográfica
Antes de iniciar los ejercicios los grafoterapeutas llevan a cabo un test de escritura para “radiografiar” a la persona. Este se puede llevar a cabo escribiendo algo en una hoja en blanco. Se trata del punto de inicio, la base a partir de la cual el especialista analizará y dirigirá las sesiones y los ejercicios. La duración dependerá de la persona y su evolución, aunque los grafoterapeutas consultados por ES coinciden que debería ser de cómo mínimo de entre 8 a 12 meses.
Los ejercicios gráficos
Existen diferentes tipos de ejercicios, y, además, dependerán del profesional en cuestión. No obstante, la mayoría de los especialistas en reeducación gráfica, como explica la profesora Consuelo Anguix, parten del precepto en que las letras y los números escritos se basan en la forma correcta de doce trazos o movimientos, cada uno de los cuales está relacionado con un área psico-conductual de la persona.
A partir de estos 12 trazos se diseñarán los diferentes ejercicios.
Para aproximarse a una escritura armónica, los grafoterapeutas recomiendan una serie de ejercicios caligráficos como, por ejemplo:
- La conexión entre letras con movimientos redondeados favorece corrige el estrés.
- La escritura más alta que ancha y ligeramente inclinada hacia la derecha brinda una mayor seguridad emocional
- La ‘m’ y la ‘n’ escritas sin las curvas de arriba envían mensajes de ansiedad y necesidad constante de comer.
Para la realización de los ejercicios también habrá que tener en cuenta una serie de consejos básicos a la hora de escribir:
- Sujetar el bolígrafo correctamente con los dedos pulgar, índice y anular. El bolígrafo no se debe caer si se separa el anular.
- Proveerse de un papel blanco. La posición del papel sobre la mesa debe de ser inclinado entre 90 y 120 grados (a la izquierda).
- Prestar atención a la presión: los trazos más gruesos es que son más presionados. Los más finos, menos presionados. Las terminaciones muy finas significan presión mínima, las gruesas presión máxima.
- Los trazos que bajan y regresan son siempre más gruesos, en este orden. Los que avanzan y suben más finos, también en este orden.
- Presta atención a las terminaciones en curva y a las terminaciones en recta.
- Presta atención a la velocidad: los trazos que bajan son los más lentos, los que avanzan los más rápidos. Y los que suben algo más rápidos que los que regresan.
A continuación, pueden observarse dos ejemplos que demuestran la evolución que se produce entre escritos de una misma persona, antes y después de los ejercicios de grafoterapia. Se trata de pacientes tratados en el Gabinete Grafológico CA de la profesora Consuelo Anguix.
Adulto: Agresividad, irritabilidad, nerviosismo, introversión…
Edad: 25 años – antes
1 año después
Niño:Disgrafía (mala letra), dislexia…
Edad: 10 años – antes
6 meses después