Recientemente ha llegado a mis manos las firmas de Trump y de Obama, ambos políticos americanos de gran actualidad, y he considerado casi imprescindible realizar un breve análisis de sus respectivas grafías.
Donald Trump
Se trata de una persona permanentemente dispuesta a la confrontación con todo aquello que no le cuadra, incluso con aquello que no comprende en su totalidad, o que no está en su línea de pensamiento, y se comporta de esta manera desde que se levanta hasta que se acuesta.
Tiene una voluntad firme, por lo cual no cambia fácilmente de opinión. Es tenaz, y solo cambia de opinión o de objetivo cuando ve atisbos materiales o prácticos en los posibles resultados.
Sus ideas, en consecuencia, son casi inamovibles, altamente persistentes. Trump posee mentalidad ejecutiva: lo que piensa lo realiza ipso facto. Es impaciente, y le gusta imponer aquello que piensa sin tener en cuenta la opinión o las creencias de los demás.
Aparece como una persona orgullosa y autoritaria. Sus planes siempre se orientan hacia el hacia el presente inmediato, sin contemplar el pasado ni tener en consideración experiencias anteriores, propias o ajenas.
Su liderazgo se basa en una autoafirmación constante, regulada por su propia experiencia y de sus decisiones. Se rige por sus propias reglas, sin considerar las de los demás y menos aun si son distintas a las suyas propias.
Por lo que vemos, tenemos aquí a un político con ideas propias y determinantes, pero -eso sí- donde solo contempla válidas las suyas.
Barack Obama
Es una persona con empatía, con gusto por la estética, y que admira en profundidad la belleza y la armonía. Según su grafía, se trata de alguien amable, agradable en el trato, educado, que cuida con detalle el trato con los demás.,
Es observador, y le gusta reflexionar antes de actuar. Posee ideas propias y personales, aunque su forma de actuar se base en la experiencia previa, y no tanto en la impulsividad del momento.
Su forma de liderazgo se ejerce sopesando los pros y los contras de los problemas y situaciones que se le presentan, con análisis y mesura, pero con firmeza y responsabilidad.
Aparece como una persona cercana, con buena capacidad social y de comunicación, con un discurso seductor a la vez que franco y sincero. Y aunque su actitud, en ocasiones, pueda parecer algo «infantil», mentalmente es una persona lógica y con los pies en el suelo.
Mantiene una disposición permanente a contemplar las cosas en sus distintas vertientes, y sabe escuchar al otro, aunque discrepe con sus ideas.
Mentalmente posee buena imaginación. Es idealista, flexible y espontáneo, y se siente más cómodo en terreno cercano o conocido, tanto en la esfera profesional como en la personal. Le incomodan mucho, como es natural, los ambientes crispados y tensos, digamos más bien que trata de evitarlos.
Es una persona equilibrada emocionalmente y con un estado de animo estable y busca la armonía, aunque no siempre le resulte fácil encontrarla.